Beisbol Tenerife

Peloteros de plata

Vamos a empezar esta entrada contando una verdad absoluta: no tenemos ni idea de béisbol. Es decir, conocemos, así por encima, los rudimentos del deporte, que es practicado con pasión sobre todo en Norteamérica y el Caribe y que, dentro de las vestimentas deportivas es una de las más más pintonas, aunque esto ya es una cuestión personal. Gracias al cine y la televisión sabemos que, más o menos, todos los niños de Norteamérica tienen en casa un guante de béisbol, convertido casi en un icono del deporte estadounidense. Como nos gusta creernos las ideales vidas que nos muestra Hollywood, entendemos que en cada casa habrá también su correspondiente bate, aunque en las pelis suelen mostrarlo como herramienta de otros menesteres, bastante menos nobles. La pelota, casi siempre, hace un cameíto apenas, hábilmente capturada por el protagonista en el partido del año o firmada y resguardada (“¡Que ni el aire la toque…!”) en una urnita de metacrilato.

El béisbol, definitivamente, ocupa un lugar especial en el corazón de la cultura estadounidense, y allí es donde se ha desarrollado la mayor parte de su historia, pero también es casi deporte nacional en muchos países del arco caribeño. Sin exagerar, en Cuba y Venezuela es casi cuestión de Estado, igual que en Nicaragua, Panamá o Puerto Rico. 

Los Marlins del Puerto están a punto de celebrar las bodas de plata de su creación y son, desde hace unos días, flamantes campeones de Europa.

Sabíamos, también, de la existencia del equipo del que queríamos hablar hoy, los Marlins de Puerto de la Cruz, y de algunos otros repartidos por la geografía insular. Revolcándonos cada vez más en nuestra ignorancia, antes de sentarnos a escribir este artículo ya lo teníamos bocetado: “un deporte de escasa tradición en nuestro país…”, “nuevos deportes fruto de la globalización…”. Una simple búsqueda y una nueva oportunidad de rebozarnos en nuestro desconocimiento. El béisbol se practica en España desde hace más de 100 años. En 1900, había equipos, en su mayoría integrados por jugadores cubanos, filipinos y mexicanos, que empezaron a organizar partidos en la ciudad de Barcelona. Los Marlins del Puerto están a punto de celebrar las bodas de plata de su creación y son, desde hace unos días, flamantes campeones de Europa. Además, 11 ligas españolas y 6 Copas del Rey adornan su palmarés. Nuestra incultura beisbolística y sospechamos que deportiva en general es ya un agujero negro y nuestra autoestima está al borde del horizonte de sucesos.

Los Marlins nacen de la mano del exbeisbolista cubano Néstor Pérez Suárez y son una de las señas del Puerto de la Cruz. El campo municipal lleva orgulloso el nombre de su fundador, aunque es conocido popularmente como “El Burgado” y puede albergar, sin pandemia mundial, a cuatrocientos espectadores. Importador y exportador de talentos, la cantera de los Marlins se enorgullece de haber enviado a Estados Unidos a varios peloteros que han tenido la oportunidad de llegar a las ligas menores y es aquí cuando descubrimos a Néstor Pérez Alonso, hijo del fundador del club y una de los más reconocidos entrenadores de Estados Unidos. Pero los Marlins tiran y no solo del anzuelo: los cuatro meses de vacaciones Néstor regresa al Puerto, a preparar la temporada del club, a formar a los niños de la cantera y también a trabajar con la selección nacional de béisbol. Casi nada. “El Puerto de la Cruz es mi hogar y cuando vengo a Tenerife, lo hago encantado. No paro de trabajar, pero para mí regresar a la tierra que me acogió tras salir de Cuba con 20 años, actualmente tengo 41, es muy gratificante”. Pérez Alonso es consciente de la dificultad de que el béisbol en España alcance el nivel de otros países, donde es deporte nacional, pero recalca que en estos 25 años, ha mejorado muchísimo. Su misión, en los meses de “vacaciones” que pasa en Puerto de la Cruz: “trabajar para seguir ayudando al béisbol insular y nacional a acercar nuestro nivel a los grandes países”.

Que no es poco.

Nosotros, por nuestra parte, hacemos el propósito de formar parte, en el próximo partido, del público entusiasta que llena las gradas del Burgado. Y seguir de cerca, ahora sí, los nuevos éxitos de los Marlins, club del que ya nos declaramos seguidores convencidos.

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